Lecturas recomendadas por Juan

Wednesday, January 09, 2008

Giddens, Anthony y Hill Hutton (eds.). En el límite. La vida en el capitalismo global. Barcelona: Kriterios Tus Quets, 2001.

"Sin embargo, aunque eso es así, también es cierto que lo que cada vez le importa más al capitalismo contemporáneo es, no tanto dónde se fabrica un producto determinado, como quién posee la patente. Los derechos de propiedad intelectual son lo que mueve al capitalismo, lo que cuenta es el control de la idea, más que de la producción. En ciertos aspectos, la distribución importa más que la producción. Ningún capitalista que se respete quiere encontrarse en una situación en la que sus rivales tengan poder y controlen los canales de distribución capaces de mantenerle fuera de los mercados a los que, si no, podría incorporarse. El capitalismo, ahora, se interesa mucho más por la distribución, la venta al por mayor, la venta al por menor y los derechos de propiedad intelectual que por la localización y la gestión del proceso de producción. Si se trata de una empresa importante, puede financiar y gestionar la producción en cualquier lugar del mundo, por las buenas; va adonde le resulte más rentable. Pero esa “falta de presión” no transforma las tensiones y los movimientos intrínsecos del capitalismo; da preferencia a los trabajadores que dependen del conocimiento sobre los que no. El nuevo elemento dominante de la economía lo constituyen quizá los llamados analistas simbólicos, que manipulan la información, y no los obreros que fabrican acero; pero todas las dificultades asociadas a la explotación, la propiedad privada y la inestabilidad siguen siendo extraordinariamente parecidas."

Focault, Michel. Nacimiento de la biopolítica. Curso en el College de France: 1978-1979. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2007.

"¿Qué es la sociedad civil?, Pues bien, me parece que la noción de sociedad civil, el análisis de la sociedad civil, todo ese conjunto de objetos o elementos que se pusieron de manifiesto en el marco de esa noción, es en síntesis un intento de responder al interrogante que acabo de mencionar: ¿cómo gobernar, de acuerdo con las reglas de derecho, un espacio de soberanía que tiene la desventura o la ventaja, según se prefiera, de estar poblado por sujetos económicos? ¿Cómo encontrar una razón, cómo encontrar un principio racional para limitar de una manera que no apele al derecho, que no apele a la dominación de una ciencia económica, una práctica gubernamental que debe asumir la heterogeneidad de lo económico y jurídico? La sociedad civil no es, por lo tanto, una idea filosófica. La sociedad civil es, creo, un concepto de tecnología gubernamental, o mejor, el correlato de una tecnología de gobierno cuya medida racional debe ajustarse jurídicamente a una economía entendida como proceso de producción e intercambio. La economía jurídica de una gubernamentalidad ajustada a la economía económica: ése es el problema de la sociedad civil, y a mi juicio esta sociedad civil –que por otra parte no tardará en llamarse sociedad, mientras que a fines del siglo XVIII se la denominaba nación- es lo que va a permitir a una práctica gubernamental y a un arte de gobernar, a una reflexión sobre ese arte de gobernar y, por lo tanto, a una tecnología gubernamental, una autolimitación que no transgreda ni las leyes de la economía ni los principios del derecho, y, tampoco transgreda su exigencia de generalidad gubernamental ni la necesidad de omnipresencia del gobierno. Un gobierno omnipresente, un gobierno al que nada escape, un gobierno que obedezca las reglas del derecho y un gobierno que sin embargo respete la especificidad de la economía, será un gobierno que ha de administrar la sociedad civil, administrar la nación, administrar la sociedad, administrar lo social."

Monday, January 07, 2008

Durand, Franciso. El Perú fracturado: formalidad, informalidad y economía delictiva. Lima: Fondo Editorial del Congreso del Perú, 2007.

"Estamos entonces frente a otra estructura, otra pobreza, otra política y otra matriz de conflictos sociales. Surge de un nuevo triángulo sin base, de carácter básicamente urbano: hay unidad en la cúpula, que es el mundo formal; existen nuevas élites transgresoras, y la clase media y el pueblo trabajador y autoempleado predominan, aunque no logran formarse como colectivo. Más bien, se han fracturado y generan diversos tipos de movimientos y conflictos: luchas entre élites y Estado con las masas que están en la formalidad, de las otras dos economías, donde generalmente las élites mueven a las masas, incluso de “pueblo contra pueblo”, en la medida que, ante la neutralización del poder formal –central, regional, municipal- por los agentes de las economías delictivas, se desarrolla una dinámica violenta de ajuste de cuentas. "

"(…) Al desarrollarse las tres economías se ha consolidado y perfeccionado una cultura de transgresión que acarrea pérdida económicas e institucionales al Estado, la empresa y la sociedad civil. Es así, para afirmarlo psicológicamente, porque al perderse el sentido de la culpa, se generaliza el principio antisocial del “todo vale”, lo que conduce a la violencia, el desorden, al estafa, la corrupción y la malversación. Si uno no tiene sentido de culpa, arremete o se aprovecha de los demás. Ese es un tipo de comportamiento que rige en la economía delictiva, se extiende a la informal y penetra incluso en la formal, que va cediendo terreno. Poco a poco el país viene conviviendo con la transgresión, que es el desconocimiento o la acción contra la norma, es decir, con las bases del acuerdo de convivencia social moderna."

Negri, Antonio. Goodbye Mr. Socialism. La crisis de la izquierda y los nuevos movimientos revolucionarios. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica, 2007.

"Más de dos tercios de la población vive en unidades metropolitanas que superan el millón de personas. Esto lo cambia todo. Existe una conexión entre masificación, velocidad de transformación y nuevas temporalidades que llega a ser fundamental. La masificación ya no es algo estadístico, sino un hecho productivo enorme, y ésta es, para mí, la figura de la fuga del gueto y de la sociedad de clase. Ahora mantengo una polémica, por ejemplo, contra quienes consideran que no se puede entender la valorización capitalista fuera de la empresa y, por lo tanto, dicen, todo lo exterior a la empresa es externalidad (comunicaciones, transporte, niveles escolares, modos de vida) respecto del flujo de producción empresarial de la unidad capitalista central. ¡Esto no es cierto! La metrópolis no sólo es externa, sino que es el verdadero sujeto de la producción. Es una realidad compleja, activa, no en sentido orgánico, con divisiones en su interior, todas funcionales al proyecto. Ya no es un elemento de externalidad, margen, campo de concentración… Todo lo contrario, la metrópolis es productiva."