Lecturas recomendadas por Juan

Friday, August 10, 2007

Todorov, Tzvetan. Nosotros y los otros. México DF: Siglo XXI Editores SA, 2003.

"La ruptura entre vivir y decir, entre hechos y valores me parece, en el caso específico de ellas, nefasta (la ruptura, no la distinción: también podemos distinguir y volver a unir). Es en eso, efectivamente, en donde yo sitúo la diferencia más interesante entre las ciencias humanas y las demás, las de la naturaleza. Con frecuencia se las opone según otros criterios: por el grado de precisión que tienen los resultados, o por la naturaleza de las operaciones mentales que implican, o por las condiciones de observación. Para mí, la diferencia existente en la materia estudiada (humano/no humano) implica que haya otra, capital, en la relación que se establece entre el sabio y su objeto. Hay muchas cosas que separan al geólogo de los minerales que estudia; en cambio, son muy pocas las que distinguen al historiador o al psicólogo de su objeto: los otros seres humanos. Esto implica, no que en estas materias se aspire a una menor precisión, ni que se rechace el principio de la razón, sino que se renuncie a eliminar aquello que les da su especificidad, a saber, la comunidad del sujeto y el objeto, y la inseparabilidad de los hechos y valores. Aquí, un pensamiento que no se nutre de la experiencia personal del sabio degenera rápidamente en escolástica, y no aporta satisfacción más que al propio sabio o a las instituciones burocráticas, que adoran los datos cuantitativos. ¿Cómo ocuparse de los humano sin tomar partido? Yo me adhiero plenamente a esta reflexión de Simona Weil: “La adquisición de conocimientos hace que nos acerquemos a la verdad, cuando se trata del conocimiento de los que se ama, y en ningún otro caso”. Es así como, e vez de las ciencias humanas y sociales, he pasado a preferir el ensayo moral y político."

Said, Edgard. Orientalism. 25th Anniversary Edition. New York: Vintage Books Edition, 2003.

"What I do argue also is that there is a difference between knowledge of other peoples and other times that is the result that of understanding, compassion, careful study and analysis for their own sakes, and on the other hand knowledge –if that is what it is- that is part of an overall campaign of self affirmation, belligerency, and outright war. There is, after all, a profound difference between the will to understand for purposes of coexistence and humanistic enlargement of horizons, and the will to dominate for the purposes of control and external dominion."

Fukuyama, Francis. America at the crossroads. Democracy, power and the neoconservative legacy. New Haven: Yale University Press, 2006.

"I have concluded that neoconservatism, as both a political symbol and a body of thought, has evolved into something that I can no longer support. As I will try to demonstrate, neoconservatism was based on a set of coherent principles that during the Cold War yielded by and large sensible policies both at home abroad. The principles, however, could be interpreted in a variety of ways, and during the 1990s they were used to justify an American foreign policy that overemphasized the use of force and led logically to the Iraq war. Neoconservatism has now become irreversibly identified with the policies of the administration of George W. bush in its first term, and any effort to reclaim the label at this point is likely to be futile. It is much more important to redefine American foreign policy in a way that moves beyond the Bush administration’s legacy and that of its neoconservative supporters."

Carpio, Jorge e Irene Nocavosky (Comp.). De igual a igual. El desafío del Estado ante los nuevos problemas sociales. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 1999.

"A comienzos de la década de 1970, cuando este proceso finalizaba, el marco que se impuso, progresivamente, fue el de una sociedad salarial. Una sociedad salarial es una sociedad en la que la mayoría de la gente es asalariada: en 1975, por otra parte, la cantidad de asalariados en Francia era prácticamente la misma que en la actualidad, es decir: alrededor del 85% de la población activa. Pero, sobre todo, la sociedad salarial se define por otros rasgos que podemos observar hoy a partir de su degradación: una sociedad salarial es, también, una sociedad en la que la mayoría de la gente extrae su renta, su estatus, su protección, su identidad, su existencia social, su reconocimiento social, del lugar que ocupan en el salario. Este lugar es el que les permite acceder a otros sectores de actividad (al esparcimiento, a las vacaciones pagas, a la cultura, a la educación). Una condición de trabajo estable da una especie de umbral a partir del cual se puede llegar a otros campos. La sociedad salarial había logrado articular, de este modo, trabajo y protección, trabajo y seguridad relativa. Ésta fue una innovación extraordinaria en relación con la situación anterior, ya que antes, en efecto, estar protegido era tener bienes, un patrimonio, hijos; sin todo eso se estaba en la inseguridad social. Por ejemplo, morir en el asilo era tener un temor secular para el pueblo.
…La remuneración no se reduce a un mero intercambio de mercado sino que se inscribe en la seguridad, a través de la doble instancia de obligaciones que representa el derecho al trabajo y a la protección social. Se trata de un salario para la seguridad, con efectos que van mucho más allá de la situación laboral (jubilación, seguridad social, etcétera)." (Robert Castel. Vulnerabilidad Social, exclusión: la degradación de la condición salarial)


"Pero también hay inclusiones en cada una de estas sociedades. Hay gente que está empleada en las firmas capitalistas. Entonces, el sistema capitalista también integra o, mejor dicho, el sistema capitalista funciona con una mezcla de integración y exclusión. Y hasta ahora se había pensado en la economía capitalista como un sistema que sólo integra. Por eso es que todos los trabajos teóricos, aun los de los críticos del capitalismo, siempre han hablado de que el capitalismo es un sistema de explotación, y que la ganancia no es sino el reflejo de que los trabajadores son explotados. Y los trabajos más recientes de los neomarxistas muestran que los individuos pueden ser explotados no sólo a través del mercado de trabajo, sino también a través del mercado de crédito. Pero fue la profesora Joan Robinson quien dijo que para un trabajador que vive en un sistema capitalista lo único que es peor a ser explotado es no ser explotado. Éste es el núcleo, lo esencial de las teorías que les he presentado. El sistema capitalista funciona con exclusiones en el proceso económico. La lógica de los actores sociales conduce a estas exclusiones. Es un resultado tal vez no deseado socialmente, pero así es como funciona el sistema." (Adolfo Figueroa. Exclusión social y desigualdad).